Plantar un rosal es tan sencillo como hacer un hoyo, colocar la planta en su interior y acercar un poco de tierra hasta que quede bien anclado y no se mueva del terreno.
Sin embargo, hay un detalle que muchas personas pasan por alto, y es la clave para tener un buen desarrollo en la planta. Al igual que sucede en los árboles frutales, en el rosal es muy importante que no se entierre el injerto de la planta, el punto de unión entre las raíces y los brazos principales del arbusto debe quedar siempre al aire libre, nunca enterrado. Si no lo haces así, se pierden las propiedades del injerto, y el rosal será menos resistente a plagas y enfermedades.
Otro factor importante para un buen desarrollo es la tierra, el sustrato donde echará raíces y se alimentará para crecer y florecer en primavera. Algunas variedades son sensibles a suelos calizos, aunque la mayoría de rosales lo que demandan es un suelo rico en materia orgánica, poco arcilloso, es decir, que no se compacte y el drenaje sea bueno. Por eso en nuestra tienda de Viella siempre recomendamos hacer una mezcla al 50% de sustrato universal, con otro 50% repartido entre perlita y vermiculita.
La época ideal para plantar es… ¡TODO el AÑO! Nuestros rosales se venden en maceta, y una planta en maceta que está bien arraigada se puede plantar y trasplantar en cualquier momento del año siempre y cuando no haya riesgo de heladas. Aunque si realizas esquejes o tienes una planta en la que la tierra está muy suelta y, al sacarla de la maceta se desprende por completo de la raíz, entonces el mejor momento para evitar daños en la planta es plantar entre el otoño y el inicio de la primavera.
Otro momento delicado, además de los días de frío intenso, es la floración, cuando el arbusto está en pleno desarrollo de la flor, en su momento de mayor esplendor tampoco es recomendable cambiarlo de ubicación, ya que la energía que usa para florecer hace que se encuentre más débil para adaptarse a un nuevo espacio.
¿No sabes dónde plantar un rosal?
Por lo general debes buscar una ubicación a pleno sol, el rosal es un arbusto que necesita tener una buena iluminación y algo de viento para evitar el desarrollo de problemas fúngicos. Aunque algunas variedades como la famosa rosa negra Black baccara produce flores más oscuras cuando recibe menos luz, por lo que se podría ubicar en una zona de semisombra en la que al menos un tercio del día reciba luz directa del sol.
Es uno de los rosales favoritos en Agralia del Principado por su porte elegante, y te recomendamos cultivar este rosal como un ejemplar aislado, en solitario, ya que sus flores no pasarán inadvertidas en tu jardín.
Cuando los capullos comienzan a abrirse su color es casi negro, aunque al abrir la flor por completo adquiere un tono rojo oscuro, con un tacto ligeramente aterciopelado.
Si te gustan los colores más llamativos, recuerda que cada jueves recibimos una gran variedad de planta fresca en nuestra tienda.
Como te puedes imaginar, el aporte de materia orgánica será clave en el desarrollo de las flores, por eso, queremos darte diferentes opciones para que consigas los mejores resultados.
Si te apasiona la agricultura natural, ecológica, el guano de escarabajo tenebrio es el mejor abono orgánico que puedes utilizar, tanto para tus rosales como para cualquier cultivo hortícola (tomates, patatas… ¡incluso frutales!). Se trata de un abono seco en formato pellet, que no desprende olor y tiene más riqueza que la gallinaza. Haz un aporte en otoño, en verano, y en primavera dobla la dosis, una al inicio de la brotación y otra cuando comienza a abrir la flor.
Pero si no te sueles acordar a tiempo de abonar, o cultivas en macetas y la vida no te deja mucho tiempo para estar pendiente de las plantas, entonces el abono de liberación lenta osmocote te permite hacer una única aplicación al inicio de la primavera y olvidarte por completo.
Bueno, por completo del todo no, sea cual sea la opción que elijas, recuerda que todas las plantas absorben los nutrientes desde las raíces, y lo hacen disueltos en agua, por lo que debes revisar el riego al menos un par de veces a la semana, y como las flores son delicadas, procura que el agua esté lo menos posible en contacto con la parte superior de la planta, mejor regar al pie del tallo.
¿Te contamos un último truco?
Mezcla un poco de fibra de coco en el tercio superior de la maceta, o cubre la base de tu rosal con dos o tres centímetros de espesor de esta fibra, como si se tratase de un acolchado, de esta manera ayudarás a retener mejor la humedad en tus cultivos.
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