Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, apetece disfrutar de una ensalada fresca. Te acercas al huerto, recoges unas lechugas y te das cuenta de que no has plantado tomates. Este delicioso fruto es una excelente fuente de vitaminas, fibra y minerales, y no hay sabor comparable al de los tomates cultivados en casa.
Consejos para cultivar tomates en primavera
En Agralia del Principado, entendemos la importancia de cultivar tus propios alimentos. En este artículo, compartimos los mejores consejos para germinar y cosechar semillas de tomate con éxito.
La mejor época para sembrar tomates es entre finales de invierno y principios de primavera, específicamente entre febrero y abril. Es crucial esperar a que las temperaturas sean cálidas, ya que las plantas son sensibles a las heladas, y las semillas pueden retrasar su germinación si están por debajo de los 16ºC.
Para garantizar el desarrollo óptimo de tus plantas, te recomendamos no sembrar directamente en la maceta o el suelo definitivo. Es preferible preparar un semillero para seleccionar los plantones más vigorosos y asegurar una cosecha exitosa.
Cultiva tomates de calidad con semillas certificadas
Si bien es posible germinar las semillas de tomates comprados en el mercado, hay que tener en cuenta que, al desconocer el origen de la variedad o si la planta era híbrida, los tomates que obtengas pueden no ser iguales al que disfrutaste. Por ello, te recomendamos utilizar semillas certificadas que garantizan la salud de la semilla y aseguran una cosecha satisfactoria.
En nuestra tienda online, encontrarás diversas variedades de tomate ideales para comer en crudo, como en ensaladas, así como para preparar salsas, guisos o rellenar. ¡Asegúrate de elegir lo mejor para tu huerto!
Cómo preparar las semillas de tomate para la siembra
Una vez que hayas elegido las semillas de tomate que deseas plantar, abre el sobre y selecciona las que vas a utilizar. Asegúrate de cerrar el sobre y guardarlo en un lugar con temperatura constante y protegido de la luz solar.
Las semillas seleccionadas deben colocarse en un vaso con agua durante dos a tres días para hidratarlas y mejorar la germinación. Alternativamente, puedes usar una servilleta de papel absorbente humedecida, colocando una servilleta por debajo y otra por encima de las semillas.
Después de este proceso, coloca las semillas en una bandeja de semillero o en cualquier recipiente que tenga al menos 5 cm de profundidad y agujeros en el fondo para el drenaje. Esto garantizará que tus semillas tengan un ambiente adecuado para crecer y desarrollarse de manera saludable.
Elige un sustrato con buena aireación y drenaje como nuestro sustrato especial para semilleros y evita el exceso de agua en los riegos, porque si la tierra se encharca las semillas o las primeras raíces se pueden pudrir y la planta no sobrevivirá.
Cómo sembrar y trasplantar tus plantas de tomate
Normalmente, se colocan una o dos semillas de tomate en cada alveólo de la bandeja, o un par de semillas por cada 4 cm². Luego, cubre las semillas con una ligera capa de sustrato. Si la temperatura es adecuada, en menos de una semana, las plantas comenzarán a brotar en la superficie.
Después de algunas semanas, selecciona la planta más vigorosa de cada hueco y elimina la otra para evitar que se queden pequeñas debido a la competencia por las raíces. A esta tarea se le llama repicado de las plantas de tomate.
Entre uno y dos meses después, cuando el riesgo de heladas ha pasado, es el momento ideal para trasplantarlas a su ubicación definitiva en el huerto o jardín. Este proceso asegurará que tus plantas de tomate crezcan sanas y fuertes en su nuevo entorno, brindándote una cosecha abundante y deliciosa.
Cuando cambies el plantón de ubicación aporta un sustrato natural rico en nutrientes como el humus de lombriz para mejorar el desarrollo de la planta.
Condiciones Ideales para el Cultivo de Tomates: Elección del Terreno y Cuidados Esenciales
Dependiendo de la variedad, y de la temperatura de la zona donde se cultivan las plantas de tomate, su terreno definitivo puede ser un invernadero, una maceta en una terraza o en un jardín el el exterior.
Por ejemplo, en Asturias, hay zonas de Gijón con un clima más templado que en el interior que cultivan tomate al aire libre.
Conforme la planta de tomate crece se debe entutorar para que las ramas no se doblen y se rompan por su peso, además llegada la floración la planta necesitará un extra de nutrientes para poder desarrollar frutos grandes, sanos y sabrosos. Un abono específico para tomate que siempre recomendamos en nuestra tienda de Viella para evitar la podredumbre apical que suele provocar la falta de calcio durante el cuajado es Fertilizante tomates, un fertilizante orgánico de efecto rápido que mantiene la planta alimentada hasta 3 meses.
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