El otoño y el invierno son las épocas del año en las que se realizan las tareas de poda más fuertes en los frutales. Son operaciones muy importantes para garantizar la salud y la producción de nuestros árboles y arbustos, pero generan una gran cantidad de residuos como hojas y ramas, que pueden ocupar mucho volumen y en ocasiones, ser difíciles de gestionar.
Cuando se termina de podar, se pueden gestionar los restos vegetales de los árboles de diferentes maneras:
Una de las más habituales es trocear y almacenar los troncos más grandes como leña para chimeneas y barbacoas, y aprovechar la madera para calentarnos durante el invierno o para organizar comidas al aire libre tanto en primavera como en verano.
¿Pero qué ocurre si no se tiene cocina de leña o barbacoa en casa? Entonces puedes pensar en llevar los restos de poda a un punto limpio del Ayuntamiento, aunque no todos los municipios disponen de este servicio.
Desde Agraliajardin te vamos a dar un consejo para que no tengas que tirar los restos de las ramas que cortas a tus árboles ya que pueden ser muy útiles para mejorar tu jardín.
Dejarlos amontonados no es recomendable, ni desde un punto de vista estético ni desde un punto de vista medioambiental o fitosanitario, por eso en este artículo te contamos los 4 pasos, que debes seguir, para compostar el material vegetal de los restos de poda, y recuperar así todos los recursos que contienen las ramas y las hojas cortadas.
1) Lo primero que se debe hacer es reducir el tamaño de las ramas, preferiblemente triturando la madera. Con este proceso se consigue reducir el tamaño de los residuos, y favorecer su descomposición en materia orgánica, y es que los microorganismos que se encargan de ayudar en esta tarea (hongos y bacterias) van a trabajar más rápido si se lo ponemos fácil. Además, al triturar la madera en trozos, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños, se consigue que la desecación del material no sea excesiva. Para realizar esta tarea te recomendamos el uso de una biotrituradora, ya que cortar todas las ramas a tijera puede ser una tarea muy dura, y no merece la pena perder el tiempo.
2) En segundo lugar tienes que tener en cuenta el tipo de residuo que estás descomponiendo, por ejemplo los restos verdes que se cortan en primavera o verano, tienen un alto contenido en humedad, aportan cantidades elevadas de nitrógeno y son altamente biodegradables. Aunque esta materia cuenta con un elevado contenido en Carbono, su relación Carbono / Nitrógeno suele ser baja, ya que su contenido en Nitrógeno suele ser muy elevado.
Sin embargo, los restos marrones o duros, de madera lignificada, seca, presentan por lo general pocos niveles de humedad, bajo contenido en nitrógeno y una alta relación entre Carbono y Nitrógeno.
¿Por qué es importante esto? Porque para hacer un buen compost la relación C/N de partida debe ser entorno al 25%, ya que los microorganismos utilizan 25 partes de Carbono por cada parte de Nitrógeno durante el proceso de descomposición. Si este porcentaje es superior al 40% se reduce la actividad biológica y si es inferior, el compostaje se produce con tanta rapidez que el nitrógeno se pierde en forma amoniacal.
3) Una vez que tenemos el material procesado, el compostaje se divide en dos fases: en la primera la actividad de los microorganismos es máxima porque tienen una gran cantidad de materia biodegradable para trabajar, y mineralizar. A partir de ahí, en la segunda fase se produce la maduración o estabilización del compost, donde los microorganismos reducen sus actividad al tener menos materia biodegradable, en ese momento se produce la polimerización y condensación de los restos.
4) Este proceso, que parece complejo, no depende de nosotros directamente ya que trabajan los microorganismos, pero si tenemos que tener en cuenta el vigilar las condiciones en las que suceda para que la descomposición no falle y el proceso sea eficiente.
La humedad y la temperatura son claves en el proceso, y para garantizarlas se recomienda utilizar una compostadora que permita mantener secos y aireados los restos mientras los microorganismos realizan su trabajo.
Lo ideal es mantener la humedad al 50% sin mojar demasiado los restos para evitar que el agua desplace al oxígeno en los poros de la masa que se forma. Lo más fácil es regar la pila de restos cada dos o tres semanas de manera generosa pero sin producir charcos.
Para que la masa de compost que se forma no se apelmace se debe controlar la aireación, volteando la pila de restos cada dos meses de manera que el oxígeno se reparta por la materia en descomposición, evitando olores, y favoreciendo la higienización del compost ya que ayuda a eliminar agentes patógenos a la vez que acelera el proceso de descomposición haciéndolo más exotérmico. Nuestra recomendación es que para airearlo, cada dos meses aproximadamente, voltees el contenido de la compostadora con ayuda de una horca o un aireador.
Este proceso nos permite hacer un uso eficiente del material vegetal, reciclando un producto que parecía inservible, y conseguir un compost rico en materia orgánica y humus, un abono natural ideal para mejorar los nutrientes del suelo en nuestros cultivos.
Si no puedes esperar para tener listo tu compost y comenzar a mejorar el suelo de tu jardín, te recomendamos utilizar Radivit Compost, un acelerante natural a base de microorganismos seleccionados que aceleran la descomposición de los residuos, y además absorben los olores durante el proceso.
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